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VÍRGENES DE CIUDAD PROVINCIANA, OFRENDA A UNA DONCELLA Y PRESENTE INSOMNE

 

Detrás de los cerrojos

negros luceros acechan

de acera a acera.

 

Cada una carcelera

vigilante,

cada una prisionera

anhelante.

 

Todas juntas han hecho

De la ciudad

un convento.

 

De la Iglesia a la casa

de la casa a la espera.

 

Pobres flores torturadas

en el portal del lamento,

brasa en la oscura celda,

anchas puertas clausuradas.

 

Graves campanas, tormento,

ecos de pared y piedra.

silencio de los aleros,

noches, pasos,

¿cuándo llegas?

 

Incienso, destellos, trenes.

lejanas voces, fantasmas,

puentes, años, largos años,

¡nunca llegas!

 

Rocíos en vano caen,

hierbas en vano crecen,

lechos en vano tienden,

ventanas en vano abiertas.

 

Rosas del jardín y lirios

su polen en vano esparcen,

lunas sobre las callejas, alas, tonadas, luceros.

 

Ni el sueño las deja quietas,

suspiros, besos, deseos….

 

Y cuando cuenta los cuentos

a los sobrinos, ya viejas,

imaginan que vivieron

lo que soñaron en sueños ….

 

 

 

 

 

 

 

 

OFRENDA A UNA DONCELLA

 

De aquel arcón antiguo que tenía

olor a tiempo inmóvil, luz callada,

extraigo la reliquia perfumada

de un joyel de la vieja orfebrería.

 

Oro de fino sol, no alumbraría

mejor que en flor de estirpe, voz sagrada,

os la ofrezco doncella con mi espada

tal como dice la caballería.

 

De este silencio hidalgo, rosa pura

donde se inicia oculto un sentimiento,

florece en plenitud vuestra hermosura.

 

Rendido así a los pies lanza y acento

rompo mi espada por la empuñadura

e hincado en tierra brava,  os la presento.

 

 

 

 

 

 

 

PRESENTE INSOMNE

 

Es un vago paisaje sin tiempo, detenido,

sin pájaros ni cerros, ni adioses ni pañuelos,

donde el viento no mueve la paz de la hoja seca

y las olas no pueden recostarse en la arena.

 

Nada.  Ni ángeles ni niños ni el recuerdo

ni el hilo del cometa donde está la esperanza,

ni el gesto de los gérmenes amándose en silencio

ni el reposo cansado flotando como náufrago.

 

Sólo tú, hermano grillo, intermitente,

trepanando en la niebla tu estación de noticias

trayendo de otros mundos opacas sensaciones

de signos sin destino, sin cifras, sin origen.