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NIÑA QUE HA MUERTO  …

 

Niña que has muerto te vi

deslizarte en la distancia

pájaro de luz tu alma

ingenua dicha en tu cara.

 

De lejos Mytyl traía

la túnica de esmeralda

y Veryluna el consejo

y los niños la esperanza.

 

En la esponja de la nube

su alegre risa se abre

en el cristal de la lluvia

su adolescencia se lava.

 

¡Niña que has muerto te amargan

tu cielo con esas lágrimas!

 

El viento teje en su pelo

la caricia de la tarde

el padre Sol le regala

sus estrellas de diamantes.

 

Con  niñas de pies descalzos

juegas en la vía láctea

cascabel de risas claras

y cien lunas musicales.

 

¡Niña que has muerto te amargan

tu cielo con esas lágrimas!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

LAS FOTOS DE UNA NIÑA

 

¡Oh niña! intacta primavera

¿cómo acercar mis versos a tu celeste enigma?

Retoño, lirio, niebla, esperanza dorada

¿cómo empujar la vela de una canción lejana?

 

Si en el retrato de hoy tu mirada no fuera

ese vago temblor de corola y de ala,

de halcón florecido, de dintel reflejado

y tuvieras todavía la pueril inocencia

de los otros que se hallan pegados en el álbum.

 

Como el primero, el del rojo cojín enjaretado

en donde miras con asombrado, ojos

y saludas en pose de V de los aliados;

o el del grupo familiar donde presumes l

a importancia que tienes en tu casa,

o el otro, el del auto y la muñeca,

el del caballo y la plisada enagua …

O en el del que adoptas con seriedad devota

el hábito gracioso de una devota monja,

 o el de hacendosa, zurcidora dama…

Aquellos, por ejemplo, frente al mar

Con la risa, la arena y las traviesas

Intenciones que asoman a tu boca…

 

¡Qué diferente ahora!

Con los brazos cruzados yo te quedo mirando

¿Qué misterios se asoman a tus ojos, muchacha?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

ADOLESCENCIA

 

Es cierto, yo te digo «chavalita»

pero en verdad que no es por ofenderte

pues la risa que tengo es por el traje

y lo nuevo que estrenas en el pecho.

 

Me río al natural, por alegría

por júbilo de verte en primavera

por la cita que tienes con tu espejo

y el andar cadencioso que promueves.

 

Nada más, no es por burla y reconozco

la plena seriedad de tu persona

la importancia que tienes en la casa

y la elevada posición que asumo.

 

No te enfades, chavala, mi cariño,

es por cierta nostalgia conmovida

por evitar el llanto de mis ojos

y por salir del paso, mi chavala