Seleccionar página

Polémica MFG y Pablo Antonio Cuadra. De MFG a PAC (2)

 

“Europa va perdiendo su hegemonía”

Carta a Pablo Antonio Cuadra

Por: Mariano Fiallos Gil

7 de octubre de 1960

Querido Pablo Antonio:

El criterio de clasificación de universidades que he utilizado en mis artículos sobre la conferencia mundial de México, uno de la cuales ha merecido tu comentario editorial del sábado con el título “La superstición científica”, obedece a una experiencia puramente personal.  Es ese panorama trato de ser menos simplista, no sometiéndome a la conocida división de oriente vs. Occidente, ni a la más ceñida de, Estados Unidos vs. Rusia.  La situación actual del mundo no se acomoda únicamente a esas a esas posiciones.  Por eso que se agrupar a las universidades, conforme a lo que ví y oí, desde otro ángulo más universal, que se explica en los artículos subsiguiente.

Múltiples son las sugerencias de tu artículo.  Desde el título al final.  Pero tengo que andar con cuidado para enfocar aquello que es principal, dentro de los límites periodísticos, y no caer en la tentación dejarme fascinar por temas tan actuales.

En primer lugar, toda clasificación es siempre incompleta, y se ha puesto a las universidades europeas (reproche que me haces) dentro de un academicismo un poco inoperante, excepcionando, claro está, a algunas de las alemanas, es porque esa impresión se desprende de sus métodos y de lo que dicen quienes han estudiado el asunto.

El academicismo tiene muchas características.  Una de ellas es la de ser inaccesible al pueblo, y la otra la de encerrarse en torres de marfil, en claustros exclusivos para sabios de muy alto nivel.  Testimonio de ambas situaciones pueden leerse a continuación.

El Dr. Janssen, de la Universidad Católica de Nimega, dice: “los gobiernos y universidades (europeas) tratan de destruir las barreras pecuniarias que se encuentran en el camino de los jóvenes bien dotados que luchan por tener acceso a un universidad.  En los Países Bajos el número de estudiantes de la clase media está aumentando continuamente.  Sin embargo, el porcentaje de estudiantes de extracción obrera y campesina (en casi toda Europa) no ha crecido en la misma proporción.  Otra cosa ocurre en Rusia y el Japón en donde la democratización de la enseñanza se ha realizado rápidamente después de la guerra”.

El Dr. Caldwell, de la Universidad de Indiana, dice: “Los países europeos han respondido a las nuevas exigencias con la creación de institutos y escuelas especializadas pero fuera de la Universidad.  En los Estados Unidos y países influidos por sus teorías educativas domina, por el contrario, la inclinación a ensanchar las propias universidades… Las universidades de ciertos territorios del Asia y África advierten que los sistemas de enseñanza superior heredades del régimen colonial o inspirados en modelos europeos, no se adaptan a las exigencias de las sociedades que han alcanzado recientemente su independencia.  Es así que dichas naciones se hallan empeñadas en reconsiderar y reorganizar su enseñanza superior”.  Y así sucesivamente.

Esta última parte nos interesa particularmente a los iberoamericanos, puesto que nuestras universidades fueron el trasplante del modelo europeo-salmantino, casi sin modificación alguna, a un medio indígena de características propias, que ha sido impermeable a métodos y enseñanzas exóticas.  Nuestras universidades no avanzaron casi nada en sus siglos de existencia y, probablemente han sido, por su inadaptación a medio, una de las tantas causas del atraso en que nos hallamos.

De nuestras universidades salió ese tipo de clase social criolla formada a espaldas del pueblo.  De ellas egresaron los políticos, periodistas, médicos, abogados, intelectuales, artistas “europeizados” con ideas importadas, sin preocuparse por adoptar los valores universales europeos a las necesidades de las masas coloniales que siguen siendo colonias culturales.  El saldo está aquí, con esos millones de indios y mestizos irredentos de los cuales se nutren los europeizados.

Por eso no estoy completamente de acuerdo contigo cuando exaltas a Europa y la pones por sobre todos los demás conglomerados humanos.  Es un error que los mismos europeos, por su ensimismamiento, están pagando muy caro.  Mi voto es porque se recuperen.  Y nodos den, al mismo tiempo, el mal ejemplo de las guerras más cavernícolas que el mundo ha visto.

En los -estados Unidos la cosa fue diferente puesto que ellos no hallaron cultura indígena en sus territorios y los forjadores de la Unión dispusieron de un suficiente sentido práctico para adaptar sus valores europeos viejos a las exigencias del nuevo mundo.

Los líderes creadores de los Estados Unidos comprendieron a tiempo que el hombre no nace hecho sino que es historia y que hay que hacerlo.  Los nuestros, en cambio, trajeron el troquel de España –que es un tipo especial del europeo—y quisieron moldear con él las mentes indígenas.  Las meter de este pobre hombre americano nuestro se resiste a ser dominado.

Todo lo que digo no se vaya a tomar, pobre de mí, como repudio a los valores europeos, sino como repudio por haberlos utilizado servilmente –y empeñarse en seguirlo haciendo—sobre estas mentalidades que, como decía el Papa, Pablo III, son hombres verdaderos con su historia y todo.

Y para seguir aclarando quisiera recordar que ya el hombre europeo (vale decir, de la Europa occidental) con todas sus tradiciones, ha dejado de ser amo del mundo, hay otros hombres en otros continentes que trabajan con otros valores, aún cuando se están aprovechando, en parte, de productos culturales europeos.

Estos son los que, representados por sus universidades, manifiestan una voluntad de poder extraordinario.  Objeto de sus conquistas, son entre otros, estos países del mestizaje indo hispano.

En el siguiente, Pablo, me referiré a otros puntos de tu excelente artículo, nutrido de tantas sugerencias, específicamente en los relativo al cientifismo y al humanismo.

Tu amigo

M.F.G.