Entre la Academia y la voluntad de poder

Es posible que toda pedagogía —y particularmente la universitaria — no sea sino la manifestación de un sentido político. en el fondo así lo es, y ello se nota en el aspecto general de la enseñanza superior en el mundo.

Algunos de los observadores clasificaron a las universidades de esta conferencia en tres grupos, habida cuenta de su desarrollo y ubicación cultural.  así Universidades de Occidente, de Oriente, y los países desarrollados, las de países subdesarrollado, o del “del tercer mundo”, situadas en cualquier parte.

Tal vez, consideradas las cosas desde otro ángulo, bien podrían agruparse en otras tres categorías, a saber: las dinámicas con manifiesta voluntad de poderío y expansión; las puramente académicas que han ido perdiendo su ímpetu vital, y las receptoras de cultura, algunas veces un poco desconcertadas.

El panorama del primer grupo es bien definido.  Allí encontramos a las universidades rusas, bien planificadas, con disciplina muy rígidas, respondiendo a las necesidades del soviet tantos en el interior como en el exterior, dedicadas rigurosamente al estudio de las Ciencias Naturales y Matemáticas. Con adoctrinamiento metódico en la filosofía marxista-leninista, de enseñanza gratuita, con un ochenta por ciento de beca generosas, y además, como acogimiento de estudiantes extranjeros y la fundación de la Universidad de la Amistad para todos los estudiantes del mundo en un número proyectado para quince mil.

Las universidades católicas, dispersas en muchas partes del globo reunidas en Federación, se dedican más que a hacer o investigar cosas, a enseñar cómo es que deben utilizarse estas cosas en un sentido Cristiano.  Su trabajo es ingente, puesto que tienen que contrarrestar la fascinación de este mundo físico, a cuya conquista se dedican otros, con valores espirituales intangibles.  Su objetivo final es la salvación del alma frente a la salvación del cuerpo, cosa inmediata, que las masas reclaman. Es posible que las universidades católicas estuvieron en mejor condición si se ocuparan también de “hacer e investigar “.

Los norteamericanos basan su enseñanza en la libertad y ella responde tanto a las necesidades del desarrollo industrial y cultural del país, como a la política exterior de los Estados Unidos. en este último aspecto han tenido poco éxito, pese a que han gastado millones de dólares en programas de becas, intercambio y ayuda, en cooperación con las instituciones oficiales del Gobierno norteamericano. El adelanto de la enseñanza superior en este país es enorme, aun cuando, según se afirma, es sumamente cara para las clases pobres que se ven privadas de asistir.

Las universidades hebreas creadoras de científicos y técnicos se dedican para formarlos para sus necesidades y aportarlos a los países vecinos del cercano Oriente. tienen un gran programa de expansión, muy ambicioso, que abarca al mundo entero. su admirable ímpetu, por tratarse de un país recién fundado con menos de dos millones de habitantes, es digno de todo elogio. ahí se estudia tanto física, química, como idioma de todas partes y otras Humanidades. tienen esperanza de que la Universidad sea la propulsora de la vieja cultura judía.

El Japón representa un milagro de enlace entre el mundo de Occidente y el del lejano Oriente. de veinte años a esta parte las universidades se han abierto al pueblo, aumentándose enormemente su número y democratizando el sistema hacia la libre discusión. El esfuerzo de investigación en todos los ramos del conocimiento humano solamente comparado con su despertar en el campo de la guerra y el desarrollo industrial.

Las universidades que podríamos clasificar en el segundo grupo (salvo las de Alemania y otras) son las del Occidente de Europa, cuyo sentido muy conservador, y muy académico, les quita flexibilidad en muchos campos, de los que se encargan las escuelas especializadas. Naturalmente que Europa es Europa, todavía a la cabeza de la cultura del mundo, pero la pérdida de su poderío colonial quizás haya causado, entre otras cosas, por el excesivo adocenamiento de su enseñanza y su falta de adaptación al despertar del mundo que ella misma provocó.

En cuanto a los países subdesarrollado, ellos se hallan en todos los continentes. son receptores de cultura. ¿Qué cultura?  ¿Qué orientación?

La respuesta está por darse.

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