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RECTOR SE REFIERE AL EDITORIAL DE UN DIARIO QUE ATACA AL SEMINARIO DE PARTIDOS POLÍTICOS

 

Señor Director del diario La Hora,

don Federico Schnéegans.

Managua, D. N.

 

Muy estimado señor director:

He leído con mucha atención su editorial del domingo 21 del corriente titulado «Exposición doctrinaria de partidos un fracaso del evento universitario», cuyo enunciado explica su contenido.  Afirma usted que nuestra Universidad se convirtió, con dicho acontecimiento, en una barricada politiquera.  Me alegra decirle que ello no es cierto, por cuanto la intervención de cinco partidos políticos que vinieron a nuestra tribuna, la asistencia del público, en su mayor parte compuesto de estudiantes y obreros, y el interés de los radioyentes en los programas que pasaron las cintas magnetofónicas que se tomaron, así como las diversas peticiones para publicar ese pensamiento, demuestra que no estábamos errados cuando invitamos a la agrupaciones políticas de nuestro país a desarrollar sus puntos de vista.

Si a ello agregamos que los partidos participantes lo hicieron sujetándose al lineamiento académico previamente solicitado por nosotros, y que el público presente hizo numerosas preguntas aclarativas y aun polémicas, con un respeto digno del lugar en que estaban, el éxito puede considerarse magnífico.  De esa manera se demostró también que en la Universidad pueden tratarse toda clase de asuntos con verdadero espíritu humanístico y patriótico, tal como se hace en los concursos de oratoria y en las cátedras mismas que dan, con su método, la pauta que ha de seguirse.  Comprendo perfectamente que al asumir personalmente la invitación a ese seminario iba corriendo un riesgo tanto más grande cuanto que había personas de importancia que lo preconizaron.  Y ya ve usted que los profetas siempre desean el cumplimiento de sus profecías, por malas que éstas sean.  Pero afortunadamente todo salió mucho mejor de lo que esperábamos.

En el folleto que estamos preparando para divulgar sus resultados, usted verá que hay, en el pensamiento de los cinco partidos concurrentes, alguno que otro punto que sirve como denominador común.  Otros, naturalmente, marcan las diferencias.  Por ejemplo, y tomo para ello el que usted expresa en su editorial, lo que se relaciona con la cuestión religiosa:

—Los dos partidos conservadores (nicaragüense y tradicionalista) se pronunciaron por la enseñanza católica en las escuelas, por los efectos civiles del matrimonio religioso y porque la religión católica fuera declarada oficial.

—Los otros tres partidos (Liberal Independiente, Movilización Republicana y Renovación Nacional) mantuvieron la doctrina actual de nuestra Constitución Política, que es contraria a tales afirmaciones.

—Las cuestiones relativas al comunismo, a nuestras relaciones con los Estados Unidos, reforma agraria, concepto de la propiedad, leyes electorales, autonomía municipal, leyes laborales, etcétera, que formaron parte de los puntos sobre los que la Universidad solicitó pronunciamiento, y otros más que los propios partidos expusieron, fueron objeto de debates públicos entre los conferenciantes y los asistentes, especialmente estudiantes, que aclararon o dejaron en firme el criterio de cada uno, a veces totalmente opuesto, a veces coincidente.

Entiendo que este ejercicio ha sido sumamente beneficioso tanto para los partidos como para la Universidad.  Los partidos tuvieron que estudiar y ponerse de acuerdo sobre la doctrina y las fórmulas que enarbolan para resolver los problemas que la vida nicaragüense plantea todos los días, ya sea como cosa permanente o transitoria.  Dichos estudios aclararon muchos puntos de vista que tenían entre sí y fueron objeto de discusiones de muchos meses, antes de venir aquí.  La Universidad sacó grandes ventajas, puesto que los estudiantes vieron y oyeron directamente, a los dirigentes políticos que los periodistas sacan todos los días ensalzándolos o censurándolos, según el caso.  Todo ello en función universitaria, abierta a todos los horizontes, con el alto espíritu nicaragüense, tolerante y científico que animó al seminario y que es el único, me parece, que se ha organizado en Nicaragua y, tal vez, en Centroamérica. Si usted hubiera estado aquí presente, mi estimado señor director, se hubiera dado cuenta de que lejos de ser un fracaso, todo fue un completo éxito, y me complazco en proclamarlo.

Lo que usted dice en su editorial respecto a la doctrina del Partido Conservador, está bien desde su punto de vista de periodista liberal, y ello demuestra que todos esos problemas siguen planteados, y ahora con mayor fuerza.

Hubiera sido un grande honor para nosotros la asistencia del Partido Liberal Nacionalista, pero infortunadamentente siquiera contestó a nuestra invitación.  Otro día será.

Mientras tanto, señor director, me complazco en saludar a usted y en desearle felices pascuas y próspero año nuevo.

Muy atentamente.

 

A la libertad por la Universidad.

 

Diciembre de 1958.