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HAY QUE TRANSFORMAR A LA UNIVERSIDAD NACIONAL, AMPLIAR LAS CARRERAS Y ESTABLECER OTRAS NUEVAS

EL PAÍS NECESITA DE PROFESIONALES Y CIUDADANOS DE PRIMERA CLASE.

LA ENSEÑANZA REQUIERE DISCIPLINA CIENTÍFICA Y MORAL

Uno de los acontecimientos más importantes en la vida educacional de la República, es el de la autonomía universitaria, y para poner al tanto a nuestros lectores de sus proyecciones, nos pusimos al habla con el Rector de la Universidad Nacional, doctor Mariano Fiallos Gil, quien nos hizo las siguientes declaraciones:

Me parece que este es un paso trascendental en la vida educacional del país, pues así queda abolido uno de los más arraigados «tabús» en los hombres de Estado de Nicaragua, y en gran parte de los políticos que consideran la autonomía como un semillero de anarquistas o conspiradores.  Fuera de la República Dominicana y Venezuela, todas las universidades de Iberoamérica son más o menos autónomas y tienen un considerable presupuesto de gastos.

La orientación filosófica de nuestra Universidad será humanística, esto es, que el ser humano, antes que el Estado o el Partido, constituye su preocupación fundamental. Además, se basará en la libertad de pensamiento y de cátedra, o sea, el de poder tratar todos los asuntos humanos sin temores de ninguna clase.

De la Universidad tienen que salir los futuros directores del país.  Los jefes de empresas privadas, administración pública, profesionales liberales, líderes políticos y, en general, los cultivadores e investigadores en las ciencias, las letras y las artes.  Ya se ve que para lograr semejante objetivo necesitamos disciplina y organización, dedicación al estudio y fundamento moral suficiente.  Todo lo que salga de la Universidad debe ser de primera clase porque es la élite de la juventud en su raíz popular.  La vida de hoy requiere vigor, vigilancia y autoridad para conseguirlo.  Por ese camino vamos.

La administración docente y económica estará en manos de la Junta Universitaria en cuyo seno se hallan representados todos los sectores universitarios; habrá vigilancia por parte del Estado, que es el que suministra los fondos y garantiza, por la Constitución, que los títulos que otorga se hallan respaldados por estudios académicos.

La enseñanza universitaria requiere ser transformada completamente, sacándola de los métodos metafísicos en que ha venido desenvolviéndose desde su fundación, pero sin caer, por otra parte, en las exageraciones pragmáticas, porque entonces nos desarraigaríamos de nuestra tradición.

Debe fundarse en un orden moral racionalista antes que el autoritario o impositivo, porque se ha comprobado que éste de nada sirve en la orientación de la conducta. Necesitamos corresponder a las exigencias de la vida actual preparando técnicamente a los estudiantes para el ejercicio de las profesiones y adiestrarlos en las disciplinas del Espíritu.

Nuestra aspiración es poder competir en el mercado internacional de la cultura con eficiencia y seguridad.  Hacer profesionales que puedan codearse con los de otras universidades de América y procurar que no haya necesidad de que nuestros jóvenes tengan que salir de Nicaragua para graduarse, sino basta que vayan en busca de especialistas.

Tenemos que exigir el máximo de rendimiento a la juventud, a los catedráticos.  En término beisboleros de moda podríamos decir:  Tenemos que figurar por lo menos, en la «Triple A» del continente y aspirar a más todavía.

En una entrevista como ésta no se puede exponer mucho, pero quiero expresarle que traeremos profesores extranjeros de primera clase en contratos de uno o dos años, por lo menos, y los iremos cambiando para que nos dejen sus experiencias.  Abriremos nuevas escuelas y mejoraremos notablemente las actuales.  Claro que paso a paso, porque no se puede hacer todo en tan corto tiempo.

Nos ocuparemos esencialmente en el bienestar estudiantil: deportes, clubs de recreación, servicios médicos, etcétera.  Y mejoraremos la Casa del Estudiante para hacerla una buena residencia; en fin, el tiempo, las necesidades y el presupuesto de gastos nos irán dando la pauta.

Se acabará el desorden en cuanto a exámenes, matrículas o pensiones.  Habrá solamente dos períodos de exámenes.  Después de pasada la época de matrículas no se abrirá por ningún punto otra nueva.  Se darán becas a los mejores estudiantes, que no cuentan con medios necesarios de vida y, en fin, estimularemos a los mejores.

Quiero decirle que para todo ello la Universidad cuenta con un buen núcleo de catedráticos que están dando todo su entusiasmo en la preparación de este programa, que tiene la importancia perdurable de toda obra del Espíritu, que guardará la historia como una valiosa aportación en el desarrollo de la Cultura, así como quedarán olvidadas muchas cosas que lo cotidiano de los periódicos coloca en sus cintillos.

El señor Rector doctor Fiallos Gil nos prometió nuevas declaraciones y tenernos al tanto del desarrollo de este extraordinario acontecimiento

(Entrevista con el diario El Centroamericano, León

26 de enero de 1958).